En el Barcelona y en todos los equipos de fútbol existen lo que se denomina a nivel de calle como 'vacas sagradas'. Futbolistas con un peso e influencia en el vestuario por encima de la media.
Y Ousmane Dembélé está claro que no es una de ellas. El francés ha visto cambiar su rol para mejor desde su complicado año de llegada a la Ciudad Condal, pero todavía no se ha ganado esa categoría.
El 'mosquito' ha sido titular en los siete partidos oficiales del Barça en esta temporada, algo que parecía muy lejano en un verano en el que incluso se llegó a especular con su marcha.
Con todo ello, Dembélé ha respondido a la confianza de Ernesto Valverde sobre el campo, siendo uno de los jugadores más destacados del equipo.
El francés anotó el gol que le dió la Supercopa de España al Barça y también los tantos de la victoria ante el Valladolid y la Real Sociedad.
Con todo ello, 'Dembouz' sigue teniendo una pequeña espina clavada: pese a ser ya titular, solo ha completado uno de los siete partidos jugados.
A lo largo de este inicio de temporada, Dembélé está siendo el cambio 'fácil' del 'Txingurri', que siempre ha solido quitar al galo a la hora de sustituir a uno de los hombres de arriba.
En la Supercopa de España ante el Sevilla, el galo se marchó en el tramo final (minuto 85), al igual que ocurrió ante el PSV en el debut en Champions League (minuto 83).
Por su lado, en Pucela se sentó en el minuto 75, similar al de su sustitución ante el Alaves (77) y Real Sociedad (76). El caso más flagrante fue el del Girona (minuto 45), ya que Dembélé pagó los platos rotos por la expulsión de Lenglet.
Unos datos que reflejan que el joven futbolista todavía no tiene la jerarquía de otros grandes nombres como Messi o Luis Suárez, lo que le ha valido para ser el hombre sustituido pese a ser en muchos caso uno de los mejores del partido.
Hasta el momento, Dembélé no se ha tomado nada mal estas decisiones, consciente de que ya ha dado un gran paso adelante en su deseo de triunfar en el Barça.
Pese a ello, habrá que seguir de cerca esta situación, sobre todo si el campeón del mundo en Rusia continúa con su magnífica progresión y va ganando peso en un equipo en el que, de seguir así, será una de las piezas clave durante las próximas temporadas.