La recuperación de Ousmane Dembélé no iba bien. Así lo detectaron cuando, tras regresar de Catar, el francés se presentó en las instalaciones del Barça para un primer informe acerca de su evolución. El último de ellos ha revelado que sigue yendo retrasado. Así que el sueño de llegar a la Champions se le esfuma.
Concretamente, 'AS' habla de que lleva entre dos y tres semanas de demora respecto a los plazos que se habían proyectado. Ello le convierte en un descarte casi oficial para el choque de vuelta de octavos contra el Nápoles.
En estos instantes, Dembélé se encuentra haciendo carrera continua monitorizado por el fisioterapeuta Xavi Linde. Apenas ha tocado el balón y ni siquiera está trabajando con botas de fútbol.
Se supone que su actual ritmo le llevaría a reintegrarse con el grupo a principios de agosto. A ello habría que unirle que, después de ocho meses sin disputar un encuentro y dado su historial de recaídas, precisaría de varias semanas para coger el ritmo.
Incluso llegado el caso de disputar la final de la Champions, fijada para el 23 de agosto, también tendría problemas para llegar, aunque por entonces sí podría disponer del alta médica.
En la última revisión se le vio que poseía menos masa muscular de la que debería tener. El confinamiento y su actual estado trabajando en solitario, según 'AS', tampoco lo tienen muy animado, de ahí que no esté progresando según lo esperado.
Obviamente, el Barcelona no forzará su vuelta, por lo que Dembélé debería mentalizarse ya en volver plenamente recuperado y con su lesión olvidada para el inicio de la temporada 20-21.