El fútbol tiene una deuda con Memphis Depay. El holandés de 26 años es la referencia del Olympique de Lyon y en la que estaba siendo una de sus mejores temporadas, llegó la lesión de gravedad.
El extremo parecía haber encontrado su sitio, por raro que parezca, lejos de la banda. Depay pasó a jugar más en la punta y llegó a marcar 14 tantos en solo 19 partidos.
Parecía que su temporada había llegado a su final cuando en diciembre se rompió los ligamentos, pero el parón por el COVID-19 le ha venido bien para poder estar recuperado para esta fase final de la Champions.
El neerlandés debe ser uno de los pocos a los que esta crisis le ha venido bien. Ha podido rodarse en varios partidos amistosos gracias a que la Ligue 1 se canceló y en la final de la Copa de la Liga disputó 80 minutos.
Rudi Garcia quiso reservarlo para los minutos finales, sabedor de que en solo uno días se tenían que ver las caras con la Juventus y Cristiano Ronaldo en un duelo crucial.
El luso es un asiduo a este tipo de gestas, pero es tiempo de que el fútbol le devuelva a Depay lo que se merece. Si pierde, podría ser la última oportunidad que tenga de hacer historia con los lioneses.
Su marcha está muy próxima. No renovará su contrato y cada vez hay más equipos pendientes de él. El club no quiere que se vaya gratis y podrían venderle este verano. Tanto para Depay como para el Lyon, es ahora o nunca.