La primera mitad fue muy pobre en cuanto a juego y ocasiones. El Mirandés estuvo algo mejor, pues tuvo más ideas a la hora de elaborar, pero tampoco llegó a generar tanto peligro como para batir a Giménez, que realizó varias intervenciones de gran calidad.
La defensa gallega tampoco ayudaba a que la escuadra fuera a mejor. Tres ocasiones de los visitantes fueron concedidas debido a faltas bien laterales o en la frontal que cometieron los zagueros. Merquelanz no llegó a estar fino y fue demasiado suave en sus tiros de libre directo.
La jugada de mayor calidad fue de Marcos André. El atacante se dispuso a entrar en el área desde la banda izquierda, amagó y se colocó para pegarle con el interior de la bota. Un disparo típico de videojuego que sacó Giménez con una mano prodigiosa.
El guion no cambió a comienzos del segundo acto y la consecuencia natural estuvo en las botas de De Sousa, que adelantó a los suyos tras un rechace. El Dépor se vino arriba y no tardó más de cinco minutos en devolver la igualdad al marcador por mediación de Mollejo.
La diana del '11' era lo que necesitaba el equipo para venirse arriba y someter a sus rivales. Fue incisivo en ataque en búsqueda el empate y se cerró bien en defensa cuando tocó ponerse el mono de trabajo para evitar que el encuentro no se le fuera de las manos.
Pero el tiempo se agotó y los de Anquela no fueron capaces de materializar su superioridad en goles. Sus contrincantes, además, mejoraron en el tramo final del choque y tuvieron algunas ocasiones para llevarse el triunfo a casa. Finalmente, tablas para seguir en la zona baja de la tabla.