Iban Zubiaurre estaba llamado a ser un lateral derecho de categoría. Se formó en la cantera de la Real Sociedad y, muy pronto, entró a formar parte de la primera plantilla... hasta que el Athletic se metió por medio y todo saltó por los aires.
Esto ocurrió en la pretemporada de la 05-06. La Real se encontraba a punto de cambiar su directiva al completo. En esas, Zubiaurre no llegó a un acuerdo para renovar con los de Anoeta y, supuestamente, recibió la promesa del entonces director deportivo, Roberto Olabe, de no oponerse a su marcha.
Así, Zubiaurre negoció unilateralmente su salida al Athletic, con el que fue presentado de forma sorpresiva justo un día después del cambio de presidencia en la Real Sociedad.
Aquella operación acabó en los juzgados y con Zubiaurre sin poder jugar durante esa temporada. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco dictaminó que el jugador tenía que pagar cinco millones de euros como cláusula de rescisión a la Real.
Zubiaurre y el Athletic presentaron un aval por esa cantidad y el jugador pudo disputar sus primeros minutos en San Mamés. Pero aquello trastocó a Zubiaurre, que durante la 06-07 y 07-08 apenas jugó dos encuentros ligueros.
Su futuro se volvió muy negro y encadenó cesiones a Elche, Albacete y Salamanca; hasta terminar en el Racing de Santander donde, tras una inoportuna pubalgia y con sólo 30 años, tuvo que colgar las botas.