Con el fútbol brillante que ha desplegado en gran parte de la temporada, el Tottenham se impuso al Manchester United para despedir por todo lo grande su casa de White Hart Lane.
Los 'spurs' jugarán la próxima temporada ya en Wembley, mientras su nuevo estadio sigue con paso firme su construcción en Londres.
Ante el Manchester United, se dieron todos los condicionantes para la deseada victoria de los de Pochettino. Las ganas de los locales de demostrar ante su público que han sido el segundo mejor equipo de la Premier League y la relajación de un Manchester United con la cabeza en la final de la Europa League.
La primera parte fue una completa exhibición de los 'spurs', que no golearon al United por detalles. Wanyama, de cabeza, hizo el único tanto, pero De Gea se lució en un par de acciones y Eriksen, Son y Kane, que se topó con el larguero, merecieron el gol.
En el United, Martial, demasiado aislado, no era capaz de oponer resistencia y Mourinho se cabreaba por la falta de tensión de los suyos.
La segunda mitad no fue diferente, aunque el Tottenham sí que fue de más a menos. Kane hizo pronto el 2-0 y Son pudo hacer enseguida el tercero, pero Martial comenzaba a avisar y acabó por regalarle el 2-1 a Rooney.
Los últimos minutos estuvieron muy abiertos, la lluvia apareció para ponerle un poco de épica al adiós y el Tottenham selló el triunfo sin grandes dificultades. Un partido más en las estadísticas de White Hart Lane, pero el más especial en la historia del terreno de juego.