Robinho, ahora jugador del Sivasspor, fue condenado en noviembre de 2017 a nueve años de cárcel por una violación en grupo a una joven albanesa de 22 años en una discoteca en Milán, en 2013, cuando militaba en el conjunto italiano.
Entre lo recogido en la condena, que el brasileño está evitando por no poder ser extraditado a Italia, se destaca el tono que usaron los agresores cuando tuvieron lugar los hechos.
"Se debe dar relevancia particularmente negativa al tono y a las expresiones utilizadas, en describir a la joven con epítetos humillantes, crudos y despreciativos, signos inequívocos de liberinaje y de conciencia de futura impunidad, que ha inducido a los imputados a reírse más veces de lo sucedido, evidenciando un absoluto desprecio por la condición de la víctima, expuesta a repetidas humillaciones, a actos de violencia sexual mediante abusos repetidamente invasivos y una absoluta tiranía sobre ella", se recoge.
El suceso tuvo lugar en el guardarropa del Sio Café, un local de Milán en el que la víctima estaba celebrando su cumpleaños. Robinho habría sido el primero en abusar de la joven, pero en el caso están implicados otros cuatro hombres de nacionalidad brasileña.
El Tribunal dictaminó que la víctima fuera indemnizada con 60.000 euros, pero Robinho, a través de los recursos, sigue con su carrera en la Liga Turca, en la que está haciendo un buen papel por el momento con tres goles en tres partidos.