Es de sobra conocida la pasión que Pablo Escobar sentía por el fútbol. El que fuera líder durante años del cartel de Medellín era confeso seguidor de varios equipos, aunque en su tiempo su mano derecha, Popeye, desveló que por el equipo que perdía la cabeza era Independiente de Medellín.
Por desgracia, la rivalidad entre Medellín y Cali fue más allá del fútbol. Dejó atentados, muertes, desolación en Colombia. Se atentó contra hospitales, colegios, droguerías. Una guerra sin cuartel que no tuvo fin durante demasiado tiempo. Ahora, 25 años después de la muerte de Escobar, aún siguen saliendo a la luz historias que llaman poderosamente la atención.
Popeye, el gran brazo ejecutor de Escobar, contó en una entrevista para 'Diario Popular' de Perú que su jefe tuvo en mente durante cierto tiempo acabar con la vida de Ricardo Gareca, actual seleccionador de Perú. Fue uno de sus objetivos cuando Gareca actuaba como futbolista en América de Cali.
"Ricardo Gareca siempre estuvo en la mira de Pablo Escobar. Sin embargo, no llegaron a él. Su amor por el fútbol lo salvó, pues a él y a otros jugadores de América de Cali se contempló colocarles un coche bomba", aseguró.
El ex sicario citó otros ejemplos en los que Escobar sí que actuó contra otros personajes públicos. Incluidos, en este caso, futbolistas: "Secuestró a jugadores de Cali para que entregaran a los Rodríguez, y como no cooperaron mataron a la familia de Pedro Enrique Sarmiento, quien actualmente trabaja como comentarista en 'Gol Caracol".