Victoria sin demasiada brillantez de una Roma que al menos evitó un cisma en la entidad, ya que Di Francesco sigue muy cuestionado. En esta ocasión, el técnico italiano ganó una vida en la visita del Sassuolo, que perdió 3-1.
Tuvo la suerte la Roma de encarrilar el partido muy pronto, en el minuto siete. Un agarrón de Ferrari pasó por el VAR y terminó convertido en penalti. Desde los once metros, Perotti no falló y engañó al portero.
A partir de ahí dominó la Roma, que pudo incrementar su ventaja por mediación de Ünder. No obstante, fue Schick -titular por delante de Dzeko- el que elevó el 2-0. Balón en profundidad, regate al portero y gol a puerta vacía.
El Sassuolo no se enteró de la película y apenas inquietó a Olsen, lo que dejó a la Roma en una situación provechosa para sentenciar. Así lo hizo en el minuto 59. Zaniolo dejó a los defensas esperando un centro para terminar lanzando un recorte y picando por encima del arquero.
Ahí se acabó todo, poco se vio hasta el 90' más allá de un par de ocasiones de Florenzi y el tanto del honor del Sassuolo, obra de Babacar en el añadido. La Roma sigue lejos de donde debe estar, pero al menos con tres puntos más en el zurrón.