El Burnley no pisa Europa desde que jugase la Copa de la UEFA de la temporada 1965-66. Hace 52 años. En aquella ocasión los 'clarets' llegaron hasta cuartos de final (no había fase de grupos, eran eliminatorias a doble partido), dejando en la cuneta a Stuttgart, Lausanne y Nápoles, y sólo hincando la rodilla ante el Eintracht de Frankfurt.
Ha llovido mucho desde entonces (y en Inglaterra más, ya conocemos su clima), pero el Burnley lo ha vuelto a hacer. Gracias a la gestión de Sean Dyche, los 'clarets' volverán a Europa.
Dyche, en el banquillo de Turf Moor desde 2012, cuando el equipo militaba en el Championship, ha logrado algo que parecía impensable.
No sólo ha asentado al Burnley en la Premier (lleva desde 2015 en la máxima categoría), sino que ha firmado una temporada tal que ha permitido que termine séptimo. Como mínimo.
En la Premier, como en la mayoría de los campeonatos europeos, los torneos coperos suelen caer en manos de los equipos de la Champions, lo que hace que esas plazas, destinadas a la Europa League, vayan a parar al sexto y al séptimo (al haber dos torneos en Inglaterra, las FA y EFL Cups).
El Burnley, con el empate del Everton ante el Southampton, se ha asegurado el séptimo puesto, que daría acceso a las fases previas de la próxima Europa League.
En el Emirates, en la despedida de Wenger ante su afición, el Burnley desperdició su primer 'match ball' para alcanzar el sexto puesto. Los 'gunners' les arrollaron (5-0), pero el revés poco importó. Los 'clarets' volverán a Europa, algo que toda una generación de aficionados del modesto club de Lancashire no había podido disfrutar.