Corría el minuto 59 cuando, con intención de voltear el marcador, el Ingolstadt realizó dos cambios rondando la primera hora del encuentro. Cohen y Lezcano se marchaban para dejar sus lugares a Christiansen y Leckie.
Ambos jugadores salieron para tratar de cambiar el partido, pero resultó que la sustitución no benefició demasiado al cuadro visitante, pues Christiansen salió un poco pasado de revoluciones y su ímpetu le costó caro al equipo.
Resulta que, tan sólo 13 minutos después de su incursión en el campo vio la primera amarilla, mientras que 16 minutos despúes de dicha cartulina, vio la segunda, lo que dejó a su equipo con uno menos en los últimos minutos del encuentro, sentenciando la derrota por completo.