Aunque todavía es una mera propuesta, la Federación Inglesa dejó encima de la mesa reducir el número de plazas para extranjeros en el fútbol británico, de 17 a 12. Algo que no cayó en gracia para dos equipos de la competición.
"¿Por qué cambiar esto? Tenemos que investigar un poco más y asegurarnos de que tenemos todos los detalles. No hay pruebas, por así decirlo, para apoyar esta propuesta. Apoyamos mucho el fútbol inglés... pero no queremos hacer cosas que no van a funcionar", aclaró David Gold, el copresidente del West Ham.
"Tenemos que analizar las opciones y la evidencia", declaró a 'Daily Telegraph', dejando caer que medidas como esta solo pueden penalizar a la competición, y no beneficiarla.
"Queremos mantener el statu quo. Continuaremos intentando aprobar lo mejor para que la Premier siga siendo la mejor liga del mundo, una marca británica global que brinda ingresos significativos a este país", agregó Glyn Evans, director de operaciones del Watford, otro equipo que se opuso a la medida.