Comenzó el encuentro con poco ritmo. Los goles fueron un espejismo, porque la tónica habitual fue el tedio. Las ocasiones fueron escasas y el fútbol resultó poco vistoso.
Eso sí, durante los siete minutos que transcurrieron entre los goles de Raúl García, el Athletic brilló con luz propia. Fue poco tiempo, pero le bastó para tumbar el espíritu combativo del Leganés.
Un Leganés que no termina de reencontrarse con su mejor versión después de haber sido eliminado de la Copa del Rey. No hizo un mal partido, pero dos errores en San Mamés le costaron la decimotercera derrota de la temporada.
Poco ocurrió hasta el primer gol del partido, y poco ocurrió tras el segundo. Como hemos dicho, ambos contaron con la complicidad del Leganés.
En el primero, Raúl García remató de cabeza un centro que no acertó a despejar Cuéllar. El portero del Leganés salió mal, midió peor y permitió que el centrocampista navarro deshicise la igualada.
En el segundo, el favor se lo hizo a Raúl García Rubén Pérez. Lo despejó un balón en su área, tampoco lo controló. Le rebotó, se le fue lejos, y Raúl García armó la pierna en un instante, anotando el 2-0.
San Mamés se ilusionó, en vano. Pronto volvió el Athletic de esta temporada, ese equipo gris y con pocas ideas. El Leganés fue espoleado por los goles, y comenzó a jugar mejor que su rival e hizo sudar a Kepa.
El descanso llegó en el momento justo, porque el partido se le empezaba a ir de las manos de los 'leones'. La segunda parte siguió el camino del tedio, con detalles puntuales para despertar al personal.
No terminaba de entonarse el Athletic, pero al menos no dejaba que el Leganés se viniera muy arriba. Los minutos fueron pasando, con alguna ocasión aislada en cada portería, pero poco más ocurrió.
Se va el Leganés derrotado de San Mamés, y con la sensación de haber podido hacer mucho más. Porque por momentos el Athletic fue otro, pero por lo general fue el de siempre. Ese equipo al que se le atragantan los partidos, al que su propia afición llega a pitar aún ganando 2-0.