En golf, el 'drive' es el golpe de larga distancia que acerca la pelota al 'green'. El 'putt', por su parte, es el que se realiza en un golpe más corto de lo habitual, el más preciso. Extrapolándolo al Gales-Hungría, el primero se acerca a la influencia de Gareth Bale. El segundo, a la de Ramsey.
Gales llegaba a la cita sabiendo que necesitaba ganar para confirmar su presencia en la Eurocopa. Dependía de sí misma. Con un ambiente espectacular en Cardiff, el cuadro de Giggs no falló en la cita más importante.
No tardó en adelantarse el equipo británico. Y lo hizo gracias a sus dos mejores golpeadores. Bale recogió la pelota en el centro del campo, se escoró al costado derecho y sacó un centro medido al punto de penalti.
Allí apareció Ramsey, el 'asesino silencioso'. Desde segunda línea, el futbolista de la Juve saltó para cabecear a gol en buen centro del 'Expreso de Cardiff'. Un tren que acercaba al equipo a la Euro 2020. Lo más difícil estaba hecho.
Hungría fue un hueso duro, pero tampoco demasiado peligroso. Solo Sallai fue capaz de poner en serios aprietos a Hennessey, que sacó bajo palos una doble intervención salvadora para mantener la ventaja local.
En la segunda parte, y con algunas marchas menos, los de Giggs no tardaron el asestar el que sería el golpe definitivo. En el 47', en una falta lateral, Ramsey aprovechó el desconcierto en defensa para recoger una pelota en el interior del área y transformar el 2-0. Con polémica.
Una acción de la que se hablará en el pospartido. El centrocampista puede estar en fuera de juego, aunque no se ve claramente si en una segunda peinada llega a tocar un futbolista galés. De una forma u otra, sin VAR -no está en esta fase de clasificación- subió al marcador.
Con el paso de los minutos y la pérdida de la fe de Hungría, Cardiff veía cómo su equipo poco a poco firmaba su propio billete a la Eurocopa. Sí, Bale y Gales estarán en la cita internacional.