En contraposición a lo que fue su fútbol, Didier Drogba dijo adiós casi sin hacer ruido. Después de una derrota en la segunda categoría del fútbol estadounidense, pidiendo a los aficionados que no lloraran por él. Aplaudiendo cuando es el fútbol el que debe ponerse en pie para rendirle tributo. Un delantero imponente, que manejó todos los recursos posibles, que goleó sin piedad. El último gran elefante.
No se entiende este siglo sin los goles de Drogba, que en el Chelsea abrochó los mejores años de su vida. Antes, en Francia, el majestuoso delantero tocó a la puerta de la élite en Le Mans y Guingamp; antes de derrochar talento en una temporada (2003-04) colosal en el Olympique de Marsella. Marcó 32 goles en 55 partidos y puso rumbo, ya a los 25, a la Premier.
Quizá ni él mismo esperaba que le restaban 15 años más de carrera por delante. Qué más da. Los aprovechó, y de qué forma, levantando al cielo tres Premier League, cuatro FA Cup, una Liga Turca, un par de Carling Cup y, sobre todo, la Champions League del año 2012. El gran sueño del Chelsea de Abramovich, la gran ilusión también para Drogba.
Y llegó, justo en la temporada en la que menos lo pensaba el club. Con Di Matteo en el banquillo, en una final que tenía totalmente perdida ante el Bayern... hasta que apareció Drogba. Con 1-0 a favor de los bávaros, ya en el minuto 88, Drogba se levantó más que nadie para cabecear a la red y dar una vida extra al Chelsea. En los penaltis, quién si no, fue Drogba el que convirtió el definitivo.
Sus lágrimas aquella noche pusieron de manifiesto lo que aquel título supuso para él y para la institución. Una victoria inolvidable que Drogba, quizá en el gran debe de su carrera, no fue capaz de extrapolar a su selección. Con él en punta, Costa de Marfil disfrutó de la mejor generación de su historia. Sin embargo, 'Los Elefantes' siempre se quedaron con el molde en la Copa de África y, en los tres Mundiales que disputó Drogba, nunca pasaron de fase de grupos.
Le llegó su fin en el Chelsea tras más de 150 goles goles y, previo paso por China, siguió goleando en el Galatasaray antes de regresar a Stamford Bridge, ya sobrepasados los 35 años. Un último servicio del agradecido Drogba, que terminó saciando su apetito en Montreal Impact y, por último, en Phoenix Rising. Se marchó Drogba, pero siempre nos quedarán sus goles.