Caer lesionado no es plato de gusto para ningún futbolista. Pero caer como ha caído Dybala, en un complicado momento en lo deportivo como el que vive, duele más.
Jugó 50 minutos del partido contra el Cagliari, en el que fue titular por tercer encuentro consecutivo tras pasarse el duelo contra la Roma en el banquillo, y ser suplente en los dos anteriores.
Sin embargo, al poco de comenzar la segunda parte algo en la parte posterior de su muslo derecho falló. Estaba esprintando cuando notó la rotura, y rápidamente se echó la mano a la zona.
Consciente de que era algo importante, Paulo Dybala no pudo contener las lágrimas. La parte 'bianconera' de Turín se encuentra en vilo por conocer el alcance de la lesión, pues los octavos de la Champions están a la vuelta de la esquina.
6 de enero de 2018