El Alcorcón fue un hueso durísimo de roer y el Almería se partió los dientes a medias. El conjunto 'alfarero' le hizo la vida imposible al equipo andaluz y por los pelos salvó un punto que terminó siendo importantísimo.
El Almería retrasó el ascenso directo y se le complicó todo a falta de una jornada. La última será la decisiva porque incluso el Real Valladolid podría acabar como primero si pierden Eibar y Almería. Todo puede ocurrir y todo está muy ajustado.
Tras el empate y la victoria del Eibar, el equipo 'armero' es el líder con 80 unidades, las mismas que un Almería que sufrió de lo lindo y tuvo que apurar los últimos minutos para rascar ese punto que acabó con sabor a gloria.
Hasta 14 tiros y diez, por un lado y por otro, se vieron en una cita entre dos equipos que buscaron las oportunidades, pero que les faltó ese atino y esa puntería para darle el toque perfecto.
El Alcorcón, que no se juega nada, salió a disfrutar y le puso las cosas verdaderamente complicadas al Almería. Arribas fue demasiado egoísta al principio, Apeh tiró de fuerza para meterse entre dos centrales y Ramazani fue buscando abrir la lata con su pierna izquierda.
El Almería fue subiendo su tensión y su temperatura con el paso de los minutos, sobre todo cuando veía que el Alcorcón estaba a gusto y bien plantado y sus ocasiones no llegaban más que a tiros al aire.
En la segunda mitad llegó el carrusel de cambio y el partido se volvió casi loco. Umar Sadiq falló un mano a mano con Jesús Ruiz al echar el balón por encima de la portería y Apeh la tuvo poco después, pero Fernando desvió el esférico con una gran intervención.
Jesús Ruiz volvió a negarle el gol al Almería al volar para despejar lo que fue un tremendo misil de Curro dirigido a la escuadra y, poco después, llegó el gol del Alcorcón, el jarro de agua fría.
Zarfino se quedó solo con un balón en profundidad y se la picó al portero Fernando, que no pudo hacer absolutamente nada. El Almería creyó hasta el final y acabó consiguiendo un gran punto tras tanto sufrimiento.
En una jugada local, el cuero le cayó a Puigmal y con una volea la metió en la portería por el palo corto, provocando una pequeña y cauta locura en los Juegos Mediterráneos.