Más allá de cualquier tipo de religión, muchas personas creen que el destino no se puede alterar. Que los sucesos en la vida de una persona pueden estar predefinidos. Una teoría que, a buen seguro, rondará esta noche de miércoles por la cabeza de Adrián San Miguel.
El portero llegó este mismo verano procedente del West Ham, después de estar entrenándose incluso con un equipo humilde de Sevilla, el Pilas. Con la salida de Mignolet, Klopp decidió apostar por él para ser la sombra de Alisson.
El destino iba a ser más que caprichoso con el español. En el estreno en la Premier, Alisson se lesionó y el ex del Betis tuvo que ocupar el puesto bajo palos durante gran parte del encuentro ante el Norwich. Pero los problemas del brasileño le brindaban la oportunidad de ser titular en la Supercopa de Europa.
Un escenario de categoría. En Estambul y con un título europeo en juego ante el Chelsea, Adrián salió de inicio. Durante el duelo, su gran intervención a Pedro en la recta final del encuentro mantuvo vivo al Liverpool. Pero se hizo todavía más grande en el momento más clave: en la tanda de penaltis.
En el otro lado de la escena, Abraham. Tras varios penaltis, todos anotados, el nuevo delantero 'blue' era el encargado de volver a igualar la tanda. Pero el '9' no lanzó su mejor disparo y Adrián, que tuvo la sangre fría para aguantar, rechazó la pena máxima y le dio el título al Liverpool.
El ángel del Liverpool, el villano del Chelsea. Una noche muy diferente para dos actores que, quizás, tuvieron un protagonismo que no esperaban antes del inicio del encuentro.
14 de agosto de 2019