Tras ganar el partido de ida por 2-0, el Apoel tenía bien claro cuál era su principal misión: mantener su portería a cero. Y así lo hizo ante un conjunto checo falto de fútbol para conseguir darle la vuelta a la eliminatoria.
Y eso que lo intentó todo el Slavia de Praga. Disparó en hasta 19 ocasiones a la portería del Apoel, pero sólo cinco de esos remates cogieron portería. No tuvieron suerte los locales para marcar un tanto que los metieran en la eliminatoria.
Al final, empate a cero que permite al Apoel estar en una nueva edición de la Champions League.