Victoria a la italiana de la Juventus. Los turineses se conformaron con el 0-1, se dedicaron casi todo el segundo tiempo a defender, y en un destello puntual, a cinco del final, Morata sentenció el partido.
Se medía el maestro, Mircea Lucescu, al aprendiz, Andrea Pirlo. El hoy técnico de la Juve debutó hace la friolera de 25 años, cuando solo tenía 15, a las órdenes del preparador italiano.
Ahora, cinco lustros después, sus caminos se han vuelto a cruzar, siendo ambos entrenadores. Y sin hacer un gran alarde de nada, la Juve se ha llevado el triunfo.
No necesitó la Juve brillar para ganar en Kiev. Le bastó un rechace que el oportunista Morata convirtió en el 0-1 cuando el Dinamo aún estaba volviendo de los vestuarios tras el descanso y de una contra que Cuadrado puso en la cabeza del ex 'colchonero' en la recta final.
Ni la Juve ni el Dinamo quisieron que el partido se rompiera demasiado pronto. Como resultado, la Juve fue haciéndose poco a poco con el control del partido, gracias a su mayor calidad hombre por hombre.
Los primeros tiros fueron de la Juve, aunque el primer aviso lo dio el Dinamo, con un balón al área que Szczesny no fue capaz de despejar adecuadamente al no entenderse con Rabiot y Morata.
Apretó la Juve, y puso a prueba al irregular Bushchan, quien es capaz de encajar siete contra Francia y luego hacer un partidazo contra España. Quien es capaz de sacar una mano providencial a Chiesa y luego salir a vendimiar en los balones aéreos.
En esas, el primer (y único) revés de la Juve, la lesión de Chiellini, quien tuvo que pedir el cambio a los 18 minutos tras romperse. Entró Demiral por él.
El cambio, a priori intrascendente, tuvo gran influencia en el juego. Porque a la vista de cómo estaba poniéndose el partido para el Dinamo, Lucescu apostó por jugar a la contra.
Pero estaba muy atrás metido el club ucraniano, y salía, por tanto, siempre desde campo propio, y con pocos efectivos. Y, para colmo, Demiral demostró tener muy buen ojo a la hora de correr hacia su portería, abortando las ocasiones de peligro o anulando la posibilidad de pase a la espalda de la defensa.
Como resultado, el Dinamo, aunque voluntarioso, se vio anulado de un plumazo. Y sí, tuvo momentos, destellos puntuales, en los que el club ucraniano dominó y fue algo mejor que la Juve, pero en conjunto ni uno ni otro hizo nada por llevarse los tres puntos.
Al menos, en el primer tiempo. Porque la Juve no estaba fina, y aún así metía en apuros al Dinamo. Y este, sin hacer demasiado, merodeaba con intenciones el área de Szczesny.
Todo cambió en el segundo tiempo, con el madrugador gol de Morata, mientras el Dinamo aún estaba colocándose, como quien dice. En el primer ataque, Ramsey recibió en el área, se la dio de tacón a Kulusevski, y el sueco le pegó duro a puerta.
Su tiro lo repelió Bushchen, y el rechace lo cazó Morata, tan oportunista como siempre, para adelantar a la Juve. Y eso cambió la dinámica del encuentro.
Porque la Juventus, sin un organizador nato en su medular, no tuvo más remedio que dar un paso atrás, coger aire, y proceder a defenderse, confiando en su buen hacer en su propio área. Renunció al centro del campo y el partido se aceleró.
Dio pie a que el Dinamo ganase protagonismo, y los de Lucescu lograron hacerse con el dominio claro del encuentro, arropado por la modesta entrada que admitió el Olímpico de Kiev para este partido por el coronavirus.
Tuvo una tras otras, ninguna de verdadero peligro, con más corazón que cabeza, hasta que en el minuto 84', en un contragolpe aislado, la Juve sentenció el partido.
El balón le cayó a Cuadrado en banda derecha, y el colombiano colgó un centro perfecto para la carrera de Morata, quien no tuvo ni que saltar a por él. Medido al milímetro, y cabeceado picado por este ante la salida de Bushchen para hacer el 0-2.
Y así, en el 84', el partido finalizó de forma anticipada. Porque el gol fue un mazazo que acabó con las esperanzas del equipo ucraniano. Siguió atacando, pero ya sin convencimiento.
Se llevó los primeros tres puntos de la Champions la Juventus. Pirlo le ganó la partida sin brillar en exceso a su maestro, evidenciando que a la 'Vecchia Signora' le falta un 'plan B' cuando se acaba el jugar rápido y directo.