El propio Nuno denunció a la Policía portuguesa la situación y el organismo de seguridad nacional acabó escoltándole hasta su llegada al estadio.
La medida se repitió también con Artur Soares Dias, quien dirigió el Paços Ferreira-Oporto y con Bruno Esteves, encargado de pitar el Sporting-Feirense.
Recientemnete, la Federación Portuguesa ha hecho oficial que todos los árbitros que dirijan cualquier partido de alto riesgo serán custodiados hasta el estadio.