Las novedades llegan con cuentagotas, por el hermetismo del gobierno turco. El Ministro de Interior ha revelado que una de las dos explosiones pudo haber sido provocada por un terrorista suicida.
Por el momento, hay 13 víctimas mortales, 14 si se confirma que se trataba de un atentado terrorista, y al menos 38 heridos.
Al parecer, el objetivo no era el estadio ni el público asistente, sino la policía. La primera explosión pudo haber sido un coche bomba, según informan varios medios.
Dicho coche bomba fue utilizado para atentar contra un furgón policial, por lo que la mayoría de las víctimas se espera que sean miembros de las fuerzas de seguridad del Estado.
La primera explosión tuvo lugar en la concurrida plaza de Taksim, donde se atentó contra el citado furgón policial. La segunda, el supuesto atentado suicida, tuvo lugar en las inmediaciones del Vodafone Arena, dos horas después de que terminase el partido que enfrentó al Besiktas con el Bursaspor.
El atentado, como lo cataloga el Ministro de Interior, pudo haber sido mucho más sanguinario si hubiera ocurrido en los momentos previos al encuentro o inmediatamente posteriores.
Los seguidores del Bursaspor fueron desalojados del estadio minutos antes de que tuviera lugar la segunda explosión, como es habitual por motivos de seguridad. El club ha confirmado que ningún aficionado suyo ha salido mal parado por el atentado.
El Consejo de Radiotelevisión turco (RTÜK) ha prohibido emitir noticias sobre el suceso, salvo reproducción de informaciones oficiales, como es habitual en casos de atentados, pero varias emisoras siguen informando desde las inmediaciones del estadio.