Griezmann, sí, ese hombre que acabó expulsado ante el Girona y arremetió contra el colegiado. Pero aprendió la lección ese día...
Pese a los errores arbitrales, que los hubo, Griezmann se centró en hacer su partido... y vaya partido.
Griezmann se salió. No marcó, pero regaló una asistencia mágica de espaldas a Carrasco y de sus botas nació la jugada también del 1-0.
El galo volvió a proclamarse rey de San Mamés, sin importar los fallos y las polémicas... El Atlético tiene el antídoto contra los errores del colegiado: se llama Griezmann.