Se insistió mucho al respecto, que Neymar y Mbappé eran perfectamente compatibles. Que iban a convivir bien y que iban a llevar al PSG a cotas nunca vistas. Pero la realidad ha sido bien distinta.
Mbappé, sin alzar la voz, sin exigencias, ha asaltado el trono de Neymar. Y cuando lo hizo suyo, lanzó la advertencia que nadie en el club quería oír: quería más responsabilidades o se marcharía.
El PSG le vio las orejas al lobo, y ha hecho de Mbappé su buque insignia. Eso coloca a Neymar en una situación más que delicada. El futbolista brasileño parece llamado a salir del club, porque el gallinero parisino tiene un nuevo gallo, más joven y, más importante, más querido.
Se está viendo durante la pretemporada del PSG. Sin Neymar, ausente en parte por su lesión, en parte para negociar su salida del club, Mbappé ha asumido los galones y está comandando al PSG tal y como se esperaba de él.
Las vacaciones le han sentado de miedo al galo. Ha sido el factor diferencial del PSG en los dos primeros amistosos. Mientras sus compañeros aún están entrando en la dinámica de juego, él parece que aún está como mediada la temporada, al 110%.
No es la primera vez que Mbappé brilla sin Neymar al lado. En las dos anteriores ausencias del brasileño por lesión, Mbappé se echó al equipo a la espalda y nadie echó en falta a Neymar.
Estadísticamente, Mbappé es más decisivo e influyente que Neymar. Por poco, pero marca o asiste cada menos tiempo que su aún compañero. Y si Mbappé falla, el PSG se desmorona. Se puede habar sin tapujos de 'Mbappédependencia'.
Hay un nuevo rey en París. Ha llegado la hora de que Neymar de un paso al lado, deje el equipo y busque uno nuevo en el que ser el líder. Porque en el PSG el trono se lo ha arrebatado un joven imberbe en un abrir y cerrar de ojos.