El conjunto 'xeneize' se dirigía al estadio Malvinas Argentinas, escenario donde tendrá lugar la final de la Supercopa Argentino entre Boca y Rosario Central. Entonces, el microbús fue apedreado.
En esta ocasión, afortunadamente, no ha habido daños materiales ni por supuesto personales. El pasado domingo, los cristales del bus cedieron, pero en esta ocasión no ha habido que lamentar desperfectos.
El chófer del vehículo le quitó importancia a los hechos: "No pasó nada. Nos cruzamos con hinchas de Central. Parece que vamos a una guerra, pero es un partido de fútbol. Está todo bien. No se rompió nada".
Para que este suceso y otros más graves, como el de la final de la Copa Libertadores ante River, no pasen a mayores, el club ya comunicó que el bus dispondrá de un sistema antivandálico.