El autocar que trasladaba a los futbolistas de la selección serbia hasta el hotel en que se concentrarían ha sido atacado con piedras, a pesar de la escolta policial que acompañaba al vehículo.
No ha habido que lamentar daños personales, tan solo una luna hecha añicos. Pero lo cierto es que se han vivido momentos muy tensos en el trayecto.
La policia albanesa ha detenido, además, a cuatro aficionados locales, a quienes ha incautado dos pistolas y munición, así como 36 entradas para el partido de mañana jueves 8. Es la primera vez que las entradas van asociadas a un nombre y apellidos, para facilitar la idenficiación de los individuos que alteren el orden.
Además, la tensión amenaza con desbordarse porque también se encuentra detenido Ismail Morina. Quizá por el nombre no le suene a nadie de nada, pero es él quien lanzó el 'dron' en Belgrado hace un año y que provocó que el partido terminase como terminó. Durante su detención se le incautó una pistola y treinta entradas, las cuáles se piensa que podría haber intentado revender por hasta 500€ cada una. Los hinchas albaneses demandan su liberación inmediata, pues se ha convertido en una especie de mesías, o mártir para su causa.
Si la situación sigue al borde del desastre, es bastante probable que Serbia no salte al campo, pese a que Albania garantiza que unos 1.500 agentes velarán por la seguridad del encuentro, pese a que se situarán francotiradores en las azoteas, pese a que la ciudad se encontrará bajo control policial.
No parece el escenario donde se desarrollará un partido de fútbol.