Sabían los 'villanos' de la importancia del duelo para salir de la zona de descenso a costa de unos contrincantes a los que consiguieron arrastrar a la parte de peligro de la tabla. De ahí que fueran superiores desde que la pelota comenzó a rodar.
Tras una primera hora de constantes acercamientos, aunque los blanquinegros también llegaron al área rival, las dianas llegaron a balón parado. La astucia de Hourihane y Grealish valió para colar la pelota por el palo corto del meta y pillar desprevenida a la barrera.
Y solo cuatro minutos más tarde llegó el segundo tanto por obra de El-Ghazi. Faltó intensidad defensiva por parte del Newcastle, que permitió el remate del atacante en boca de gol con mucha potencia y hacia arriba. No hubo tiempo para que Dúbravka reaccionara.
Se mantuvieron por encima los de Dean Smith hasta que se pitó el descanso. De hecho, podrían haber marcado algún gol más para poner la tranquilidad en las gradas, que estaban desesperadas con que no arribara esa sentencia por parte de los suyos.
Se notó la charla de Steve Bruce en el descanso, pues sus pupios salieron bastante más inspirados y dieron un arreón que pudo meterles en el partido. Estuvo correcto Heaton y su zaga, especialmente Mings y Konsa Ngoyo, para evitar problemas en casa.
Poco a poco, la tónica del duelo fue volviendo a cómo estaba en los primeros compases y el Aston Villa manejó los tiempos hasta el final. El cansancio acabó con la intensidad de las 'urracas' sobre el terreno de juego, que se han metido en problemas con esta derrota.