No fue sencillo el partido. Ni siquiera el tanto inicial de los azulgrana permitió relajarse al equipo de Gabri. El Celtic no bajó nunca los brazos y siempre merodeó la portería azulgrana.
Ni siquiera con el 2-0, tras un error grosero de la defensa esocesa, frenó el ímpetu de los visitantes, que lograron acortar distancias a pocos minutos para el final.
En ese tramo, el Barcelona tuvo que remangarse y sufrir para poder quedarse con los tres puntos que tanto había trabajado.
Finalmente, la victoria acerca a los azulgrana a la siguiente fase, pues el Celtic pintaba como uno de los grandes rivales por la segunda plaza.