Además de que es el peor arranque en 25 años, otros factores inciden en la paupérrima imagen que está mostrando el equipo azulgrana en estos compases iniciales del campeonato.
Para empezar, se colocó como el más goleado de la competición. Pero no quedaron ahí los deméritos, ni mucho menos.
Hay que remontarse hasta la liga con dos puntos por triunfo (la última con ese formato se disputó en la temporada 94-95) para encontrar un bagaje como el actual: nueve goles en contra en las primeras cinco jornadas.
Más aún: desde 2009 no enlazaba el club catalán cuatro partidos ligueros encajando al menos dos tantos por encuentro. Lo hizo ante Betis y Valencia, en el Camp Nou, y frente a Osasuna y Granada fuera de casa.
Por último, como botón de la fragilidad defensiva, está el dato de que al equipo le han señalado tres penaltis en sus últimos cuatro encuentros, los mismos que le habían señalado en los 61 anteriores.
Este arranque conecta con el de hace un cuarto de siglo. Por entonces, Guardiola jugaba en el primer equipo, el club solo tenía una Copa de Europa, Messi aún estaba en la cantera de Newell`s y no había dorsales fijos en la competición liguera.