La historia de Íñigo Martínez pudo haber cambiado si el Barcelona hubiese decidido ficharle allá por el mes de agosto del 2017, cuando el equipo estaba buscando un defensa para reforzar esa parcela.
El central vasco estaba entre los candidatos y encima Ernesto Valverde lo pidió expresamente. La entidad 'culé' iba a desembosar la cláusula del jugador, unos 32 millones, pero al final todo se fue al traste.
El Barcelona desestimó su fichaje y el central vasco se quedó en la Real. Fue entonces cuando en verano, el caso se volvió a repetir pero con otro equipo que quería comprarlo: el Athletic. El conjunto rojiblanco pagó la cláusula y se lo arrebató al enemigo.
Poco a poco, Íñigo Martínez se fue ganando el puesto en el once inicial y está siendo importante en el equipo de Ziganda. Ahora, una dura prueba le llega en el Camp Nou con Messi y Dembélé como principales amenazas. Dos jugadores que pudieron ser sus compañeros.