Mucho se había hablado de la presión de Celtic Park. Incluso el Barcelona había recurrido a pasados partidos complicados en Glasgow para avisar de la dificultad de un feudo que, en esta ocasión, fue bastante benevolente con los de Luis Enrique.
La afición local, que hasta en la salida al campo del Barcelona aplaudió tímidamente e incluso mostró varias esteladas, animó de principio a fin, pero no convirtió el campo en la olla a presión que sí que amilanó al Barcelona en anteriores visitas a Escocia.
Con una tímida presión inicial, los de Rodgers parecieron dar a su público lo que los escoceses esperaban, pero rápidamente el Barcelona se hizo con el mando y el Celtic se pareció mucho más al partido del Camp Nou que al que todos imaginaban esta noche en Celtic Park.
Para colmo, el rápido tanto de Messi condicionó el partido. Tras dos avisos aislados, Neymar encontró en el área pequeña a Messi con un pase excelso y el argentino fusiló a Gordon para poner el choque de cara para los azulgranas.
El tanto apagó por completo a un Celtic que estuvo a merced del Barcelona en los primeros 45 minutos. Y es que los locales, a excepción de un par de acciones aisladas generadas por Sinclair y Dembelé, jamás pusieron en aprietos a Ter Stegen en toda la noche.
Algo que sí que volvió a hacer el Barça en el primer acto con un remate a bocajarro de Luis Suárez salvado de manera espectacular por Gordon tras una gran asistencia de Messi.
Victoria por inercia.
La segunda mitad sí que presentó a un Celtic más mordaz de salida e incluso los de Rodgers pudieron hacer el empate en un remate de cabeza de Dembelé que salió muy flojo y centrado tras un fallo de marcaje de Busquets.
Forrest, que había sustituido a un activo Sinclair, se movía bien entre líneas y creaba peligro con su movilidad, pero el Barcelona sentenciaría con un nuevo tanto de Messi, esta vez tras un clarísimo penalti de Izaguirre a Suárez.
Si ya de por sí había superioridad, el 0-2 mató un encuentro en el que aún hubo ocasiones por parte del Barcelona, pero no de un Celtic que bajó totalmente los brazos tras el segundo del argentino.
Los minutos de la basura apenas estuvieron animados por el show de Neymar y Rakitic, que por fin consiguieron ver la amonestación y pasarán limpios a octavos tras estar sancionados ante el 'Gladbach.
El choque ante el conjunto alemán será totalmente de trámite, pues el Barça ya es primero y demostró que la derrota ante el City no era tan grave como en su día la pintaron.