No hay que irse muy lejos para recordar a una directiva azulgrana que, incluso en 2019, se atrevía a negar la voluntad del club en el retorno de Neymar a 'Can Barça'.
Luego, la situación de Neymar se caldeó en exceso por la denuncia de supuesta violación, además de la lesión que le impidió jugar la Copa América con Brasil.
Bartomeu renegaba y señalaba que no había "la más mínima intención de que regrese Neymar". Sin embargo, los desplantes del brasileño al PSG y las posibles influencias de sus amigos Luis Suárez y Messi pudieron influir para el cambio de rumbo.
El Barça se empezó a dar cuenta de que el fichaje de Neymar era posible. El PSG quería deshacerse de él a toda costa. El único problema, el factor económico, debilitado en las arcas 'culés' tras las incorporaciones de De Jong y Griezmann.
A continuación, en Barcelona empezaron a valorar el hecho de no pagar por su llegada e incluir jugadores en la operación. Rakitic, Semedo e, incluso, Coutinho, los jugadores que podían ayudar en este sentido.
Sin embargo, el PSG fue negándose a acceder a las condiciones propuestas desde tierras catalanas, mientras que el Real Madrid entró en las negociaciones a golpe y porrazo.
El interés del club que preside Bartomeu fue creciendo, hasta tal punto en que la entidad parisina ha llegado a rechazar una cesión con opción de compra ofrecida por el Barça a través de un escrito oficial. Y este fue el último capítulo, pero el 'caso Neymar' parece que va a seguir alargándose.