El Bayern-Arsenal duró solamente 45 minutos. Tras el partido, la competencia dejó de existir. Porque Lewandowski hizo el segundo y mentalmente el Arsenal se subió en el avión de vuelta para regozijo de un Bayern que pudo hacer más de cinco goles.
El papel del Arsenal en el Allianz Arena es la enésima demostración de que los equipos de Wenger, año tras año, carecen de oficio y colmillo para enseñorearse por Europa. Al Bayern, en cambio, le sobra saber estar en Champions.
El Bayern golpeó primero, pero el Arsenal no se dejó intimidar y completó una gran primera mitad. Los 45 minutos iniciales resultaron un bonito espectáculo para el espectador neutral. Dos equipos con vocación ofensiva buscando el gol, haciéndose daño y buscando dominar.
La iniciativa casi siempre tuvo el color rojo de la elástica del Bayern, pero a la contra Özil y Alexis supieron encontrar grietas en el entremado bávaro. El partido fue un correcalles y Bayern y Arsenal se citaron a los golpes.
Robben anotó el gol 'marca Robben', Alexis resolvió un penalti despejado por Neuer y con 1-1 el conjunto inglés perdió su oportunidad de hacer sufrir al Bayern: Xhaka primero y Özil después, a pocos minutos del descanso, se toparon con el gigante Neuer.
El Bayern, una apisonadora
El Arsenal sacó bandera blanca a poco del descanso. Koscielny, 'tocado' tras la patada de Lewandowski que significó el penalti, se marchó al banquillo y Gabriel entró en su lugar. Se resintió el muro 'gunner'. Lewandowski se elevó como un gigante para hacer el segundo en el 53 y el Arsenal empezó a pensar en la hora.
A partir del 2-1, el Arsenal fue un muñeco en manos de un Bayern con muchas ganas de divertirse. Lewandowski regaló a Thiago el 3-1 con una asistencia de tacón únicamente a la altura de los mejores y nuevamente Thiago aprovechó la indeterminación de la defensa visitante para anotar el cuarto.
Si el quinto no llegó antes fue porque a los delanteros bávaros le faltaron tino o se toparon con Ospina. Müller volvió a gritar en el festejo del quinto previo regalo de la defensa del Arsenal. Un grito que viene a ser el que el Bayern bramó al oído de Arsenal: la Champions es para mayores. Los niños acabaron con la cara pintada.