El Allianz Arena acogió dos realidades en el nuevo amistoso de pretemporada del Bayern. La primera es que los bávaros lavaron su imagen. La segunda es que, de haber tenido que vencer algún equipo, tendría que haberlo hecho el Ajax. El 2-2 final actúa de bálsamo para Nagelsmann tras su mal estreno frente al Köln.
Es justo contextualizar el empate con la hoja de alineaciones. Los neerlandeses dispusieron sobre el verde a algunos de sus mejores futbolistas -Tadic, Haller, Labyad, Neres...-, pero los bávaros no. Upamecano y Choupo-Moting se erigieron en los nombres más llamativos de un esquema que no justifica la ausencia de victorias, aunque ayuda a comprenderla.
Con las piezas en acción, el grupo de Ten Hag se antojó superior. De principio a fin, exhibió mayor fluidez en sus combinaciones, llevó más peligro en sus internadas en el área de Ulreich, quien mejoró conforme el cronómetro recogía minutos, y cometió como pecado principal conceder espacios cuando se notó cómodo.
La clave de la actuación del Ajax residió en el centro del campo. La zona del doble pivote desde el punto de vista del Bayern se vio dominada por los efectivos contrarios. No por ello dejó de hacer un buen partido Torben Rhein, que se sirvió de su versatilidad para aparecerse incluso por las bandas si era preciso. En labores defensivas, eso sí, no pudo, junto a Stanisic, frenar a los atinados Gravenberch y Labyad.
El propio '11' abrió la lata al poco de arrancar el encuentro merced a un mal saque de puerta de Ulreich. Lanzó con el brazo, Tadic interceptó con el pecho, se asoció con Haller y, carente este de la clarividencia necesaria para retar al cancerbero, hizo de testigo de cómo su compañero trocó el rechace, con el meta descolocado, en 0-1.
Antes y después de esta diana, los neerlandeses, apoyados en la confianza que confiere la diversidad de llegadas y el dominio del partido, concedieron ciertos espacios. Choupo-Moting, en un principio, no se vio capaz de aprovecharlos. Lo hizo conforme el equipo entró en calor, acelerado por las buenas llegadas desde sus respectivos carriles de Sarr y Richards.
Estos puñales abrieron la zaga contraria y ayudaron al grupo a desembarazarse de la situación de inferioridad que inundó la tónica general del choque. Faltó definir mejor. Choupo-Moting, perfectamente situado, empató gracias a un balón raso a la media vuelta que Sarr le envió -esta jugada la generó Richards en una de sus muchas internadas-, pero Zirkzee, al borde del descanso, cometió el error de la pretemporada cuando tenía el 2-1 a, literalmente, menos de un metro.
Lo compensó Nianzou al coronar el arreón del Bayern en el comienzo de la segunda mitad con un buen testarazo. De la misma forma se personó Upamecano varias veces en la caja rival, aunque sin suerte ni acierto. Remontada mediante, los bávaros facilitaron que el Ajax fuera imponiéndose de nuevo y obligando a Ulreich a protagonizar sus mejores momentos.
Jensen, en el rechace de un centro en la frontal, le batió con un chut ajustado al palo y, de ahí en adelante, el cancerbero hubo de sacar a pasear los guantes para convertir cada "uy" de los de Ten Hag en "casi". Y, entre "uys" y "casis" tocó firmar la paz por un 2-2 que sabe a poco en Países Bajos y lava un poco la mala imagen inicial de los alemanes.