El Bayern de Múnich está listo. Ya derrotó por 0-3 al Chelsea en la ida de los octavos de final de la Champions League, pero tiene que rematar la faena y de ahí que organizara un amistoso contra el Olympique de Marsella. Un fácil gol de Gnabry valió por el triunfo.
El atacante desmontó la defensa a los 20 minutos de encuentro. Se plantó en el área -a pase de Alaba-, regateó a un rival al que tiró al suelo gracias a una gran pisada de pelota y acabó batiendo a Mandanda. El meta no pudo hacer nada ante un tiro tan cercano.
Dio un paso atrás el equipo después de este gol, pues no había motivos para forzar la maquinaria. Con una cita importante pronto, solo la forzaron lo suficiente para no encajar ningún tanto y dicho y hecho: misión cumplida. Pocas veces Neuer se vio intimidado.
Y es que el Olympique de Marsella no mostraba pólvora arriba. Aunque llegaba inevitablemente en alguna que otra ocasión, no terminaba de descifrar la zaga de Hans-Dieter Flick, que quedó de lo más satisfecho con el buen hacer de los suyos. Victoria de moral y a por la Champions.
July 31, 2020