En una respuesta milimétrica a la llamada ancestral de su ADN, los de Rubi se tiraron al callejón o, como solía también hacer Rafael Gómez Ortega 'El Gallo', pegaron la 'espantá' tras llegar a Vallecas con la moral por las nubes tras la solvente y brillante victoria liguera del pasado domingo ante la Real Sociedad (3-0).
Pese a que Joaquín Sánchez y Loren Morón parecieron enderezar el partido que había puesto cuesta arriba el gol del rayista Catena, los de Paco Jémez lograron por medio de Andrés Martín a falta de tres minutos llevar el partido a una tanda de penaltis en la que los madrileños se llevaron el gato al agua y señalaron las carencias de los de Rubi, como no saber jugar a que no se juegue cuando tanto está en juego; y también a algunos de sus jugadores.
Las llamadas rotaciones han pasado a formar parte de la cotidianidad del fútbol y, por ellas, el técnico bético salió ante el Rayo con varias modificaciones respecto al partido ante la Real Sociedad, entre ellas la del portero Dani Martín, el argentino Guido Rodríguez, el mexicano Diego Lainez, el internacional francés Nabil Fekir y Cristian Tello.
En la derrota, los nombres se remarcan en negativo en la misma y opuesta medida que se ensalzan en las victorias, y alguno de esos futbolistas han salido en la foto de la eliminación bética, como marca una de las leyes no escritas del fútbol que también incluye a todo aquel que tenga que ver, o no, con la cosa de perder.
A pesar de que Rubi tiró de manual, defendió su alineación y, en líneas generales, el juego de su equipo en la línea 'boskoviana' de 'fútbol es fútbol', el de Vilasar de Mar no pudo por menos que reconocer que se iban "jodidos" de la noche vallecana en la que al Betis se le fue el objetivo de buena parte de su temporada y, con ella, la ilusión y algo tan prosaico como los ingresos.
"Tuvimos ocasiones para finiquitar en la prórroga y se nos escapó en los penaltis. No nos pueden decir que no lo intentamos, pero esto es fútbol", afirmó el entrenador verdiblanco en parte de su lectura de una noche que retrotrajo al beticismo a la dolorosa eliminación de hace dos temporadas ante el Cádiz.
No es lo mismo caer en dieciseisavos de la Copa del Rey que hacerlo como el pasado año en semifinales, ante el Valencia, y, pese a que entra dentro de lo posible en el nuevo formato copero, la decepción verdiblanca es mucho mayor por haber marcado este torneo como objetivo prioritario para esta temporada.
El propio Rubi lo apuntó en vísperas de la eliminatoria ante el Rayo y, aunque avisó de que podía pasar lo que finalmente ha pasado, sí subrayó lo que también ha sido, "un fracaso" en las expectativas de toda índole de un equipo que, a mediados de enero, sólo tiene ante sí el objetivo de clasificarse para Europa.
En undécima posición con 27 puntos, a cuatro de la zona europea que marca la Real Sociedad, los de Rubi empiezan esta tarde a preparar esta su nueva etapa con solo una competición en juego y con las dos salidas a Getafe y Eibar antes de recibir el 9 de febrero en el Villamarín al Barcelona de Quique Setién.
Con tanto en juego, el entrenador del Betis volvió a tirar de manual para tranquilizar a sus 'huestes' ante una posible desmoralización de sus jugadores o una caída del equipo y llegó a frisar el límite del lugar común al destacar 'las tablas' de sus jugadores y garantizar "que se van a animar en seguida".