Llegaba el Athletic al encuentro tras cuatro empates ligueros consecutivos. En el caso del Betis, eran tres las igualadas seguidas que había cosechado en la competición. Y la fiesta de la 'X' no la pudo chafar ni Fekir, que le regaló a los visitantes una superioridad numérica de 80 minutos que no logró aprovechar.
Los de Pellegrini querían asentarse en Europa y hacer todo lo posible para evitar la Conference League. Puestos a elegir, los verdiblancos, como el resto, se quedan con la Europa League. Por su parte, los vascos buscaban más sensaciones que puntos. Tras la depresión de perder dos finales de Copa en dos semanas, quizá era más importante sentirse reconfortado y recobrar confianza que unos puntos que, aunque siempre se quieren, no les afecta decisivamente en la clasificación.
Y empezaron bien los visitantes. Bravo apareció a los dos minutos para rechazar un centro-chut de Vencedor. Se animaba el Athletic en el inicio, si bien el Betis empezó a salir de campo propio antes de que llegase el fatídico, para ellos, minuto diez. Fekir protagonizó una fea entrada sobre Vencedor y, tras la revisión del VAR, vio la roja directa. Medié Jiménez, colegiado principal, no había señalado ni falta en directo.
Curiosamente, le sentó mejor a los de Pellegrini la expulsión que a su rival. Ruibal apareció en un par de ocasiones antes de la media hora, cuando el Athletic sí que empezó a dejar notar la diferencia numérica. Aunque el dominio fue más voluntad, posesión y territorio ganado que llegadas, ocasiones y trabajo para Bravo.
Sancet y Borja Iglesias tuvieron cabezazos similares en el área en la recta final de un primer tiempo que dejó la sensación de que, por méritos y medios, el Betis se iba mejor a la caseta. La última la protagonizó Berenguer con un loco intento desde 40 metros que a punto estuvo de ser un auténtico golazo. Una rosquita sutil pero envenenada hizo que Bravo tuviese que reaccionar en el último momento.
Bravo reposta el tanque de la gasolina del Betis
Todos esperaban un Betis defensivo en el segundo tiempo. Al final, correr diez ante once se tiene que notar. Y la inercia sería favorable al Athletic. Pero el arranque fue todo lo contrario. Los de Pellegrini tuvieron la primera en las botas de Ruibal, pero su disparo, con mejor pinta que resultado, acabó fuera.
Fue el aperitivo del gran susto para el Athletic. El Betis, con diez, llegaría a adelantarse. Mandi marcó en el 51', pero el central estaba ligeramente adelantado en el momento del remate. Tardó el VAR, pero acabó dando la razón al asistente.
El guantazo hizo reaccionar a los de Marcelino. Un trallazo desde fuera del área de Balenziaga se marchó por encima del larguero. Poco a poco, parecía entender, ahora sí, el guion del partido el Athletic. Marcelino se dio cuenta y dio entrada a Raúl García para buscar algo más sobre el césped del Villamarín. Por su parte, Pellegrini metió a Lainez y Loren.
La mejoría de los vascos fue intermitente, con algún susto del Betis al contragolpe. Pero cuando la gasolina y la fe se le acababan a los locales, apareció Claudio Bravo. El chileno dejó dos buenas paradas a disparos lejanos de Unai López y Raúl García para salvar a los suyos. Los visitantes se animaron con estas llegadas y dieron un pasito más. Marcelino también ayudó al meter a Williams.
La recta final tuvo de todo un poco. En el minuto 84, Raúl García marcó, pero en claro fuera de juego. Asustó el Athletic, que volvió a tenerlo muy cerca en el 91' con el trallazo de Villalibre a la cruceta. La madera evitó un 0-1 que, cosas del fútbol, bien pudo ser 1-0 en la última del partido.
Con los cinco de añadido ya muriendo, Diego Lainez conectó una volea en el área que acabó en las manos de Unai Simón. Fue lo último que se vio sobre el Villamarín, en una fiesta de la 'X' que deja a los de Pellegrini entre la Europa League y la Conference League y a los visitantes con un punto que, quizá, no termina de sacarles de la depresión.