Segunda derrota consecutiva de la Roma y tercer partido sin conocer la victoria. El conjunto dirigido por Fonseca volvió a tropezar, esta vez ante un Bologna que confirmó su gran momento.
La Roma comenzó el partido con el pie torcido. Smalling, que está siendo uno de los mejores del equipo en la temporada, falló a la hora de despejar un balón y le regaló el cuero a Orsolini que, solo ante Pau López, no terminó.
Se sintió mal el Bologna, que solo tardó seis minutos en devolverle el favor a su rival. En esta ocasión fue Denswil, al intentar sacar la pelota del área, el que se introdujo el balón en su propia portería.
La concatenación de errores provocó los nervios de todo el Olímpico de Roma. No así en un Bologna que, con su buen hacer, se volvió a poner por delante, esta vez gracias a Barrow.
Se convertiría el extremo en la estrella del partido. Dos goles y una asistencia para firmar una gran noche en la capital de Italia. Y es que el 1-3 vendría de sus botas tras una gran acción individual.
Fonseca dio la alternativa a un Carles Pérez que ha pasado de ser denostado en Barcelona a añorado en la Ciudad Condal. Pero el extremo se estrenó en casa con una derrota.
Lo hizo a pesar del gol de Mkhitaryan a menos de 20 minutos del final para dar emoción. Pese a ello, la Roma, con un hombre menos tras la expulsión de Cristante, se estrelló en un muro casi inexpugnable de un Bologna que sueña con Europa.