El fútbol inglés está de luto. Los aficionados de las islas despidieron este martes a un club de 134 años de historia por no poder hacer frente a los problemas económicos que venía soportando desde hace años.
La English Football League le dio un ultimátum que no pudo cumplir y el Bury, de la Tercera Divisón, apagó por última vez las luces de su estadio.
Su presidente, Steve Dale, compró la entidad en enero por un euro pero, lejos de levantarlo, sus malas gestiones han terminado por hundirlo. Bajo su propiedad, es la empresa número 43 -de 51- que terminando liquidando.
Por otro lado está el Bolton. Un club otrora mediático, de 145 años y reconocido por ser uno de los ocho fundadores de la Liga Inglesa.
La EFL, en su intento por tratar de evitar su desaparación, le ha propuesto un período de dos semanas para que la entidad pueda solventar sus deudas o encontrar un comprador.
Dos semanas para evitar el abismo y tratar de salir de una situación que ya estaba siendo díficil la pasada campaña.
El equipo inició el curso con una plantilla repleta de jóvenes y con poca ambición a la hora crecer deportivamente: valía simplemente con mantener el nombre. Veremos si lo consiguen.