Desde que el delantero del Legia Prijovic inaugurase el marcador a los 10 minutos de partido se desató la locura. El Borussia despertó de su letargo y seis minutos más tarde ya había igualado la contienda.
Ese primer gol de Kagawa dio paso a la vorágine goleadora. Kagawa marcó otro un minutos más tarde, Nuri Sahin puso el 3-1 en el minuto 20, Privovic volvió a marcar y acortó distancias cuatro más tarde y Ousmane Dembélé marcaba el quinto tanto en menos de 10 minutos a continuación, previo larguerazo de, sí Prijovic.
De hecho, gracias a ese segundo gol de Prijovic, se batió un récord de la competición: se convirtió en el primer partido con cinco goles en 25 minutos.
Y con el tanto de Marco Reus en el '32, otro: el partido en el que se llegó a siete goles más pronto.
El Borussia de Dortmund ha firmado una primera parte impecable, al menos en la parcela ofensiva. Ha disparado siete veces, cinco entre los tres palos de Cierzniak, las cinco han acabado en gol.
El Legia no se queda atrás. Ha disparado tres veces sobre la meta de Wiedenfeller en los primeros 45 minutos, dos han terminado en gol y una golpeó en el larguero.