Ya se puede decir alto y claro: el Young Boys es el nuevo campeón suizo. Tras la pobre temporada que venía realizando el Basilea, implacable dueño y señor de la Raiffesen Super League estos últimos años, se intuía el campeonato bernés, pero ya se ha materializado.
El Lucerna ha sido el rival que ha sufrido el cantado alirón del Young Boys. Al igual que en la temporada pasada en el Swissporarena ante el Basilea, no han podido plantarle suficiente cara a un equipo que se proclamaría campeón tras los 90 minutos de partido.
El partido empezó con el Young Boys con la posesión del esférico, y tuvo la primera clara del partido. Sanogo perdonó en un saque de esquina. También lo hizo Christian Schneuwly, en una ocasión que desbarató Von Bergen.
El Lucerna también se libró de Hoarau al cuarto de hora, cuando Knezevic le ganó en una individualidad al francés. Más tarde, le llegó el turno a los azulones. Schneuwly intentó batir a Wolfli, pero el guardameta salvó un balón que rebotó en el larguero.
Antes del descanso, Fassnacht tuvo dos claras para abrir el marcador. Primero, con un cabezazo que se fue arriba; después, con un disparo que tampoco encontró puerta. La última la tuvo Custodio para el Lucerna, pero Wolfli no tuvo problemas en desviar la bola.
Llegó así el descanso, y después una segunda parte en la que el Lucerna salió como un tiro. A los dos minutos, Christian Schneuwly hizo el 0-1 en el Stade de Suisse. Gran tiro libre del jugador suizo para poner el picante al partido.
Pero en apenas cinco minutos, el Young Boys volvió a conseguir el empate. Eso sí, con polémica. Cayó Fassnacht en el área y el árbitro lo consideró penalti. Una pena máxima dudosa que, pese a todo, transformó Guillaume Hoarau. 1-1 en Berna.
Unos minutos después, el Young Boys tuvo en su mano el segundo tanto. Mbabu se excedió en sus amagos contra Omlin, y el guardameta salvó la ocasión. El portero suizo también fue clave a los cinco minutos, dejando sin gol al cabezazo de Sulejmani.
El Lucerna pudo adelantarse a 15 del final.Hoarau provocó un penalti que tuvo que salvar Wolfli. El cancerbero adivinó la intención de Gvilia y evitó el que habría sido el 1-2. Vital el veterano portero para privar de gol al mediapunta georgiano.
El que sí entró fue el disparo de Nsame, a un minuto del final. Llegó tras una gran conducción de Sulejmani por el lateral izquierdo del área, y el posterior centro. Hoarau cedió de cabeza para el camerunés, que apareció cual fantasma y perforó la red del Lucerna. Un gol que valía mucho más que tres puntos.
Terminó el encuentro, y con él la tremenda hegemonía del Basilea. Ocho años seguidos de títulos azulgrana tocaban a su fin con el gol de Nsame, y a su vez el Young Boys volvía a la gloria tras 32 años sin levantar la Superliga de Suiza.