Vuelve el Liverpool a la cabeza de la tabla en la Premier. Cuatro de cuatro. Y qué cuatro victorias. Los de Klopp han comenzado intratables, y en esta ocasión ha sido el Burnley al que le ha tocado sufrir a los 'reds'.
Pronto quedó claro que el estilo de juego impuesto al Burnley por Sean Dyche no iba a ser suficiente para frenar al Liverpool. Sí, los 'clarets' tenían sus opciones, y por momentos dieron la cara, pero la fortuna no les sonrió.
Porque desde muy pronto, el Liverpool merodeó el área de Nick Pope, teniendo Salah la más clara con un tiro al palo que el cancerbero rival llegó a tocar con la costura de los dedos.
La insistencia 'red' tuvo su premio al poco de pasar la media hora de partido. Recibió Alexander-Arnold en la esquina del área y trató de poner el balón al área. Sin embargo, la fortuna le sonrió.
Su centro pegó ligeramente en el hombro de Wood, y se envenenó. Fue directo a la escuadra del palo largo de Pope, y se convirtió en el 0-1. Quizá en la que menos lo mereció, el Liverpool se adelantó.
El Burnley se quedó estupefacto, patidifuso, incapaz de reaccionar. Wijnaldum intentó duplicar distancias desde fuera del área, pero el tanto llegó en la siguiente jugada.
Porque si algo caracterizó al Burnley en este partido fueron sus pocos errores, puntuales pero muy graves, severamente penalizados por el rival. Y en el primero claro de ellos, llegó el gol de Mané.
Error, robo, contra y Mané, de primeras, se la cruzó a Pope para hacer el 0-2. Pero si tras el gol, en propia o no de Wood, el Burnley quedó anestesiado, tras el de Mané se vino arriba.
El problema es que no quedaba apenas tiempo, y el descanso llegó antes de que pudiera recortar distancias ante un Liverpool completamente relajado con el resultado a favor.
El segundo tiempo comenzó perezoso. Los minutos pasaban lentos, y no hubo ni rastro de la acción trepidante de la recta final del primer periodo, hasta que en torno a la media hora de juego, el Liverpool metió una marcha más.
Apretó, apretó, apretó, y provocó un nuevo error del Burnley, culminado por Firmino tras una buena individualidad de Salah, quien se llevó consigo a dos jugadores dejando a su compañero brasileño completamente solo para sentenciar el encuentro.
Pudo haber marcado más goles el Liverpool, pero entre la falta de acierto y Pope, el marcador no se movió más. También tuvo el Burnley, por medio de Jay Rodriguez, la ocasión de recortar distancias, de marcar el gol del honor, pero Adrián estuvo sublime, quien logró, en su quinto partido como 'red', su primera portería a cero.
El Liverpool se pone a la cabeza de la Premier, con cuatro de cuatro victorias. El Burnley cae a la undécima posición, y se queda con los cuatro puntos con los que comenzó la jornada.