En categorías como la Segunda B, la calidad no siempre acaba marcando la diferencia. El Cádiz es de esos equipos que la tiene a raudales, pero le venía faltando un punto de esfuerzo y compromiso que esta vez no se echó en falta.
Con la amenaza de salidas y la llegada de caras nuevas, el equipo ofreció la imagen de un conjunto sólido, candidato como es al ascenso. Trabajó y maduró el partido para dar buena cuenta de un aguerrido pero ineficaz Real Jaén.
Güiza, con un control y una definición marca de la casa, abrió la senda de un triunfo que remató Álvaro.
En 2016 el cadismo vuelve a sonreír. Quizá este sea al fin el año del retorno a Segunda.