El conjunto inglés defiende que, al no haberse convalidado la inscripción del futbolista, el fichaje no puede considerarse como consumado.
Sin embargo, desde Portugal miran hacia otro lado, lavándose las manos, dando por hecha la venta de los derechos del jugador.
El problema para los 'foxes' es que si el Sporting de Lisboa no se muestra más transigente, el centrocampista se quedaría cinco meses en Inglaterra sin poder competir oficialmente.
Los 14 segundos que llegó tarde el fax para inscribir al jugador en la Premier League podrían salirles demasiado caros al Leicester y a Adrien Silva.