Cuando llegó al Barcelona en 2014, el aficionado azulgrana se ilusionó con el fichaje de un jugador llamado a marcar el fútbol de la próxima década. Pero Halilovic no terminó de despuntar.
La temporada 2014-15 la pasó en el filial, disputando un único encuentro con el primer equipo. Buscando foguearle en la élite, el Barcelona se lo cedió al Sporting de Gijón durante la temporada 2015-16.
Disputó 37 partidos con los asturianos, anotando cinco goles y dando otras tantas asistencias. Fue su mejor año en cuanto a minutos jugados, y, pese a todo, supo a poco.
En julio de 2016 el Barcelona optó por venderle, con opción de recompra. Su destino fue el Hamburgo. La Bundesliga está resultando ser un buen campeonato donde rodar a los más jóvenes, y el club azulgrana decidió probar fortuna.
Error. 162 minutos de juego de agosto a diciembre con el Hamburgo. Empezó jugando, pero fue relegado al banquillo y finalmente a la grada. Parecía que su carrera se estancaba, y en enero apareció en el horizonte ese club-balneario que parece ser Las Palmas.
Porque al conjunto insular llegan balas perdidas y salen jugadores plenamente rehabilitados. Y con Halilovic parece que también podía funcionar.
Jugó la segunda mitad de la pasada temporada y se quedó cedido también ésta. Y no le fue mal... Hasta que comenzó la presente.
Roja directa en la primera jornada, la primera de su carrera, y lesión de larga duración en la cuarta. Parece que el infortunio le persigue al joven croata, pues siempre, por una razón u otra, algo le frena en seco.