La decisión del fútbol neerlandés de dar por finalizado el campeonato y anular sus resultados no ha gustado a casi nadie, en especial a aquellos clubes de Segunda que esperaban formar parte de la élite el curso siguiente, como el Cambuur y el De Graafschap.
Ambos clubes han anunciado que tomarán medidas legales ante lo que consideran una decisión ilegal. En el momento de la suspensión eran el líder y el segundo clasificado de la Eerste Divisie, con gran distancia sobre el tercero, el Volendam.
El motivo de acudir a la Justicia reside en la forma en la que la KNVB, la Federación Neerlandesa, tomó la decisión de anular el campeonato. Sometió a votación ante los 34 clubes de Primera y Segunda (todos, salvo los filiales) la forma de resolver el problema, y luego tomó su propia decisión.
Tras la votación, 16 clubes pidieron finalizar con ascensos y descensos, nueve se abstuvieron y otros nueve votaron en contra. La Federación decidió entonces que el resultado no era claro y decidió por su cuenta.