Ya adentrados en la dinámica de Mauricio Pochettino en el PSG tras la salida de Thomas Tuchel y con la Supercopa de Francia en el bolsillo, en el cuadro parisino predomina la buena sintonía. Y más entre dos futbolistas como Mbappé y Neymar.
Ambos son inseparables en París, pero también comparten ese gen competitivo necesario para triunfar en la élite. En cada entrenamiento, los dos dejan detalles de calidad. En la última sesión del equipo se repitió una vez más.
Mbappé fue el primero en anotar un golazo: recibió la pelota y, tras un giro, puso el esférico en la escuadra izquierda con un golpeo con rosca excepcional. Y Ney aceptó el reto.
El brasileño optó por su magia habitual para hacer una 'lambretta' y, sin dejar la pelota caer, efectuar una volea a bocajarro para batir al portero. Dos golazos.