Se olía un ambiente especial. Un sábado por la mañana en el que Vigo parecía una ciudad de Champions League. Desde el club vigués incitaron a la afición a apoyar al equipo no desde el primer minuto, sino desde horas antes para recibir a un conjunto necesitado de victorias para salir del descenso.
Y es que Abanca Balaídos volvía a encontrarse con su príncipe. Iago Aspas volvía al once después de no disputar el choque ante el Atlético por sanción. Cuánto lo echó de menos el Celta cuando estaba lesionado y cuánto lo idolatra ahora que está en el verde.
Pocos jugadores han cambiado tanto el rumbo de una temporada como lo hecho por el de Moaña. De nuevo fue decisivo en una nueva victoria. De nuevo volvió a mojar para beneplácito de su equipo.
Sabían ambos equipos que era una final. Quizás más para el Celta, que comenzaba el partido en puestos de descenso. Y así se lo tomó desde el principio, mandando y sin dejar al Girona salir con el control de balón de su propio campo.
El cuadro de Escribá llegaba pero no terminaba de generar peligro más allá de algún acercamiento aislado. No fue hasta la media hora de partido, en la primera ocasión que tuvo para correr, cuando Aspas, con algo de fortuna, se encontró con un nuevo gol en su casillero.
El Celta perdonó en la primera mitad y casi acabó pagándolo caro. Lo hizo nada más comenzar la segunda mitad después de que Portu, tras una jugada revisada por el VAR durante cinco minutos, marcase el gol del empate.
El Girona se replegó y comenzó a buscar las contras. Cambió de sistema y neutralizó las bandas de Boudebouz y Boufal, cortocircuitando el ataque del Celta. Pero los de Escribá se sabían la lección al dedillo y acabaron encontrando la recompensa.
Fue Boufal, con un gran disparo desde la frontal del área, el que le dio los tres puntos al Celta. El marroquí cuajó su mejor partido de la temporada con un gol que puede dar la permanencia al Celta.
Se mete en más problemas el Girona que creía tener sellada media permanencia pero que se ha acabado complicando. Tendrán una final más directa ante el Valladolid el martes. El Celta coge aire y, junto al Villarreal, parece que son los equipos en mejor forma de los que están luchando por la salvación.