La jornada 14 de la Premier League arrancó, sn duda, con uno de los mejores partidos que se pueden ver en Inglaterra. Guardiola contra Conte y el liderato en juego, que terminó en manos de los visitantes, que ya llegaban a Manchester con un punto de ventaja sobre los locales.
Y se fueron del Etihad con cuatro gracias a un partido en el que predominó la pegada y la competitividad que inculca el italiano a sus jugadores. Porque a los puntos, merecieron ganar los locales, pero en el fútbol no ganan los que lo merecen, sino los que aprovechan las oportunidades que tienen.
Primera parte igualada
El partido comenzó algo descafeinado, con el Chelsea aguantando atrás y el Manchester City tratando de llegar teniendo el control del balón. Poco a poco fueron entrando en calor y Hazard desperdició una ocasión magnífica. El belga regateó a Bravo y con la portería vacía, decidió pasar en lugar de tirar y la defensa despejó el balón.
Los locales trataban de llegar por todos los medios y generar ocasiones, que unas veces por Courtois y otras por la zaga londinense, terminaban en el limbo. De hecho, el único gol de los hombres de Pep Guardiola lo logró Cahill, que marcó en su propia portería cuando trataba de despejar un centro de Jesús Navas. Gol psicológico y el partido se iba 1-0 al descanso.
El Manchester City perdona y el Chelsea revienta la Premier
Los primeros quince minutos del segundo acto fueron los mejores de los 'citizens', que perdonaron tres ocasiones claras para ponerse 2-0; un mano a mano de De Bruyne tras una gran contra de Sané, otra de Agüero al robar un balón que sacó Cahill bajo palos y la más clara de todas la tuvo también Kevin, pero sólo y sin portero mandó el balón al larguero.
El Chelsea no tuvo tantos miramientos y en cuanto pudo soltar un derechazo al mentón de su oponente, lo hizo. Un pase a la espalda de Otamendi fue controlado con el pecho por Diego Costa, que se zafó del argentino y fusiló a Bravo. No lo merecían los de Conte, pero empataron, y diez minutos después, una rápida contra fue culminada por Willian, en un abrir y cerrar de ojos, los visitantes mandaban en el Etihad.
El Manchester City se fue a por todas y en otro contragolpe, Hazard mató el encuentro. Parecía que el partido estaba muerto, pero Agüero provocó una tangana entre jugadores de ambos equipos tras un entradón innecesario sobre David Luiz, que dejaba a las claras la frustración local. El argentino vio la roja y Fernandinho, que tuvo una fuerte discusión con Cesc, también.
Conte le gana la partida de ajedrez a Guardiola y se lleva un importantísimo triunfo del Etihad. Una victoria de prestigio que deja al City a cuatro puntos del Chelsea. Los 'blues', sin competiciones europeas y un equipo muy sólido, se han convertido, por méritos propios, en uno de los principales favoritos para hacerse con la Premier League.