La fiesta en el vestuario visitante del City of Manchester (Etihad el resto del año) fue completa. El Tottenham había tumbado al Manchester City después de sufrir lo indecible.
Y la mejor prueba de lo sufrido fue la alegría, el alivio de muchos al llegar al vestuario. El más claro ejemplo, el de un Mauricio Pochettino que recordó a todos que le habían echado huevos al partido.
Con un gesto que nos recordó al de Simeone tras marcar a la Juve en la ida, o al de Cristiano después de eliminar al Atlético en la vuelta, Pochettino celebró el pase, antes de emprenderla a golpes con la pizarra táctica.
18 de abril de 2019